Por ADOLFO JASCA
S
|
e ha difundido en toda Europa un extraordinario reportaje
hecho a Ernest Hemingway por la revista "Arts", de París. Las
preguntas y las respuestas obtenidas del admirado autor de "El viejo y el
mar" de "Por quién doblan las
campanas", tienen un sentido que va más allá de la exposición
circunstancial e individual que de sus ideas o sistemas de trabajo hace un
autor cualquiera. Cuando Hemingway contesta puede decirse que está contestando
un estilo, un modo de vivir, una manera de interpretar la época. Hay que hurgar
en las respuestas de Hemingway para encontrar, aparte de los dones naturales de
su talento, el mensaje de una generación. Una de las preguntas del redactor de
"Arts" fué la siguiente:
¿Cómo concibe usted, Hemingway, un cuento? ¿Es factible que
cambien el tema, le intriga o las características de un personaje, durante la
ejecución de la obra?
Hemingway: A
veces sé toda la historia desde el principio. A veces la construyo a medida que
escribo, y no sé a ciencia cierta qué va a ocurrir. Todo va cambiando a medida
que avanzo. Es este movimiento de composición el que le da el tono a la
historia. A veces ese movimiento es tan lento, que se diría que no se produce.
Y, sin embargo, siempre hay cambio y movimiento.
Redactor de
"Arts"; ¿Usted escribe compitiendo con otros escritores?
Hemingway: Jamás.
Lo único que trato de hacer es escribir mejor que ciertos escritores muertos,
«de cuyo valor estoy seguro. Hace mucho tiempo que trato de escribir lo mejor
que puedo.
Redactor de
"Arts”: ¿Los personajes de su poder creador del escritor disminuye con
la edad? En "Las verdes colinas de África" usted ha dicho, al pasar,
que los escritores americanos entran en la chochera, a partir de cierta edad.
Hemingway: No sé
qué decirle sobre eso. Entiendo que la gente que tiene conciencia de su trabajo
mantiene su fuego encendido mientras vive. En ese libro que usted recuerda, el
personaje está respondiendo a una serie de preguntas formuladas por un
australiano sin sentido del humor, no constituyen, de ningún modo, tesis
personales mías.
Redactor de
"Arts": ¿Los personajes de su obra provienen sin excepción de la
experiencia real?
Hemingway: No.
Algunos provienen de la experiencia real. Pero la mayor parte de las veces
invento los personajes partiendo del conocimiento y de la comprensión que tengo
de la gente.
Redactor de
"Arts": ¿Puede usted decirnos algo sobre el método que utiliza
para crear un personaje de novela partiendo de un ser existente?
Hemingway: Si yo
le explicara cómo hago eso la mayor parte de las veces, estaría dando un
testimonio valiosísimo para los abogados especializados en difamación.
Redactor de
"Arts": ¿Concibe usted los títulos de sus libros mientras los
escribe?
Hemingway: No.
Una vez terminada la novela hago una lista de títulos posibles, que puede
llegar hasta el centenar. Después procedo por eliminación. A veces elimino la
lista entera.
Redactor de
"Arts": Cuando usted no escribe ¿permanece en actitud de
observación, tratando de aprehender todo lo que podría constituirse en materia
literaria?
Hemingway:
Evidentemente. Un escritor que deja de observar ha terminado. Pero no es
necesario observar conscientemente, no es preciso pensar siempre que lo que uno
ve puede serle útil. Lo que hay que hacer es crear una gran reserva de
observaciones sobre los acontecimientos y las personas que nos rodean. Si es
que puede considerarse de alguna utilidad, me gustaría añadir que para mí la
creación literaria se basa en el mismo principio del volumen del témpano. De
éste sólo se ve la séptima parte de lo que está oculto bajo el agua. Lo mismo
en la creación. Debe eliminarse de la vista del lector todos los elementos que
puedan eliminarse. Eso Je confiere más fuerza al témpano. Esos elementos son
loe que no deben verse en la superficie, aunque el escritor los conozca. Pero
cuando el escritor omite algo porque lo ignora, entonces hay un vacío en su
historia.
"El viejo y el mar" podría haberse escrito en más
de mil páginas, y se hubieran podido presentar en la novela todos los
personajes de la aldea, sus vidas, las casas donde habían nacido, cómo habían
sido educados, cómo se habían criado sus hijos, etc. Otros escritores hacen eso
en forma excelente. Y cuando uno escribe, está limitado por todo lo que se ha
hecho en este orden. Por eso yo he tratado de hacer otra cosa. Ante todo, he
procurado eliminar todo lo que no era necesario para comunicar al lector esta
experiencia, para que después de haber leído la novela tenga la sensación de
haberla vivido, para que tenga la impresión de que todo eso ha pasado
realmente.
"Tengo la satisfacción de haber logrado transmitir esta
sensación de lo vivido, de manera bastante completa y con un procedimiento no
utilizado hasta el momento. Tuve la suerte de contar con un hombre y un
muchacho valientes como personajes, y de que hasta ese momento los escritores
no se hubiesen dado cuenta de ciertas posibilidades de esos personajes. Además,
tuve como marco al océano, que permite mostrar al hombre tal cual es. Yo he conocido el océano. Tuve oportunidad de
ver en un día más de sesenta ballenas y de haber arponeado a una de ellas, que
se me escapó. Tenía más de dieciocho metros de largo. Todo eso ha quedado fuera
de mi historia, pero todos esos relatos de pescadores que yo conocía y de los
que no he hablado, todo ese conocimiento, digo, formaba el cuerpo principal de
mi témpano y está presente en "El viejo y el mar."
No hay comentarios:
Publicar un comentario